31 Julio: Algeciras - Marrakech.

Después de tantos días de carretera, caminos y pistas; de tantos paisajes indescriptibles y experiencias nuevas...mi memoria se ha vuelto selectiva.
Recuerdo que el primer día estaba... expectante.
El primer viaje sin conocer a nadie previamente que hacía, a un país en el que nunca había estado, con las opiniones negativas de muchos y las positivas de algunos.

Cuando pasamos la primera frontera: Ceuta-Marruecos me sentí aliviada. Como si toda la semana anterior hubiese estado conteniendo el aire para no apagar la vela, pisando de puntillas para no estropear nada.
Tal es así que a duras penas recuerdo el trayecto hasta Marrakech.

Y no es que no me haya gustado; simplemente es que...es otro África diferente al que me ha enamorado.
Un África más europeo, más comercial, más turístico y enfocado a él, mucho más desarrollado en muchos sentidos.

Yo lo sentí frió e impersonal (siempre en comparación con lo que conocería después).
Y haciendo una excepción: la plaza Djemaa el Fna, que tiene vida propia y se transforma de noche sin a penas llegar a apreciarlo en un lugar donde poner vista, oido, olfato, gusto y tacto a trabajar a pleno rendimiento.

0 comentarios:

¿Quieres comentar algo?

ir arriba